Misiones diciembre, 2015 UDEM
Por: Scarlett Fernanda Balderas López
517264 MCP
Al entrar al grupo misionero UDEM no tenía idea de lo que me esperaba, jamás había querido ser parte de ningún grupo católico, aunque sí procuraba asistir a la iglesia cada domingo. Al comenzar las juntas misioneras desarrollé una parte de mí que no sabía que tenía, me hice menos tímida y hasta hice muy buenos amigos. Con cada semana que pasaba yo me ponía más nerviosa porque se acercaba la fecha para irse de misiones. Me aterraba saber a dónde y con quién iría. Cuando por fin supe a dónde iba, llené de preguntas sobre ese lugar a mis maestros, ellos decían que era “el Cielo” y que no debía preocuparme, lo que obviamente me hizo preocupar más.
Cuando llegué a Saucillo, entendí a lo que se referían. Realmente era el Cielo. Desde el primer día disfruté cada detalle, cada pequeño trabajo me hizo permitió sentirme útil. Además, ver la forma en que viven, comparada con lo que vivimos a diario en la UDEM es un cambio muy drástico, sin embargo, puedo decir que la felicidad de esas personas es sincera, nada pretenciosa y más que nada, genuina. Es una experiencia que vale la pena tener.
Imágenes por: Scarlett Fernanda Balderas López y Randall Cruz Cárcamo