Dios proveerá

Por: Rosalba Pedroza

“No hay lugares, estarías en lista de espera”, fue la voz de la madre Martha, quien me decía que tendría que esperar a que hicieran el último conteo… y entonces pensé “Dios proveerá”. Y desde ese momento en adelante comenzaría una aventura espiritual que no quiero olvidar.
A las pocas horas, ya tenía un lugar; pero no un boleto… y todos nos agarramos de la “esperanza” de recibir boletos de alguna u otra forma, la madre Martha y Laura (las organizadoras) nos iban avisando de las posibilidades y yo siempre escribía “Dios proveerá” y así fue.
Contábamos con 30 boletos para 52 asistentes (aunque al final todos conseguimos), pero en ese momento cuando eran solo 30 me tocó ser la primera en tomar un papelito y al abrirlo, tenía un boleto para entrar a la Basílica, salté, lloré y como muchos lo compartí en Facebook. Y los mensajes comenzaron a llegar, de muchos amigos pidiéndome que orará por ellos, amigos a los que no veía hacía mucho tiempo, y en algunos casos, de los que no sabía que estaban en un momento difícil.
Recuerdo ese momento en la Basílica cuando comenzaron los cantos guadalupanos, no pude más y me desbordé de emoción, lloraba y lloraba conmovida de sentir el abrazo de la Virgen, en ese momento no importaba que tan cerca o lejos estaba… simplemente estaba allí, en la casa de la Virgen y con la presencia del Vicario de Cristo: el Papa Francisco.
La misa transcurría y yo siguiéndola con todos mis sentidos, pero aún emocionada lloraba de alegría de estar ahí. Recuerdo que anoté en el celular todas las peticiones por todos mis amigos y familiares, ¡no quería olvidar ninguna! Y eso, otro regalo, después del Evangelio el Papa nos regaló un largo momento en silencio para meditar sobre la palabra de Dios de forma personal y comencé a pedirle por todos y agradecerle por esta bella experiencia.
Hay muchas palabras que se quedan en mi memoria de todos los mensajes que el Papa dio, tal vez con el tiempo las vaya olvidando… pero hay algo que no podré borrar de mi mente, porque se quedó marcado en mi corazón: su mirada, sus ojos grandes que transmitían alegría, paz y amor. Y esa energía que me hizo vibrar cuando él se acercaba a donde yo estaba, mientras yo levantaba la mano, como quien busca conectar desde el corazón con Dios mismo.
Te invitamos a visitar la exposición fotográfica sobre la visita del Papa Francisco a la Ciudad de México en el mes de febrero de este año. La inauguración será el miércoles 9 de marzo a las 12:30 p.m. en el Lobby del CCU y estará disponible hasta el 11 de marzo, ¡no te la pierdas!
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